Comentario
Capítulo treinta y nueve
Que habla generalmente de todos los signos
Aquí brevemente se dize de todo lo susodicho de las calidades y condiciones de todos los signos de cada día, cuáles son bien afortunados y cuáles son infelices. Ya se dixo largamente, y se replicó muchas vezes que todos los signos que hazen y cuentan cada día, los cuales se andan mudando de unos lugares a otros de sus números, y son todos los mismos, que cada uno de todos aquellos tiene principio cada vez, llevando tras sí a los otros. Alguna vez es bien afortunado, y alguna vez es mal aventurado, y alguna vez es indiferente, conforme a sus números. Esto ya dicho: que los que nacían en buenos signos luego se baptizavan, y los que nacían en infelices signos no se baptizavan luego, mas difiríanlos para mejorar y remediar su fortuna; por esto los viejos caducos y necios, que eran prácticos en esta arte, buscavan el signo cuál era mejor.
Por tanto, aquí dezimos sumariamente lo que resta dezir y hazer mención de todo lo susodicho, por no dar hastío a los lectores con palabras demasiadas y superfluas. Y más, porque en esto no seamos estimados por importonos de tornar a dezir lo que está ya dicho, porque poniendo comparación que así como si fuesse comida muy sabrosa, no más ni menos la plática o razonamiento pierde su sabor cuando repite muchas vezes una cosa, y en esto ya se dixo todo muy delicada y suavemente, ansí lo que era blando y caliente y sabroso y suave y gracioso y donoso. También está ya dicho que ansí como si fuesse el pan duro y frío y áspero, o assí como el pan hecho de maíz cozido no bien mollido ni bien lavado que hiede a la cal, ansí es la plática que es molesta a los oyentes. O así como si fuesse tamal muy caliente, el cual cuando se come quema el paladar y echa de sí humo, porque es demasiado caliente. Otrosí, está ya dicho que así como si fuesse el tamal frío y mohoso y podrido, assí la plática desabrida ofende al oído. Por lo cual brevemente concluimos con pocas palabras lo que se dixo ya arriba, porque no es razón tornar a dezir y replicar lo que está ya platicado. Es como una pared que se haze y edifica con los materiales muy bastantes, poco a poco; assí la plática se hizo ya poco a poco. Unas pláticas están muy bien cumplidas y juntadas y puestas hasta el cabo, assí como si fuesse la pared cuando se labran bien dentro de la pared, y dentro de las piedras grandes que se ponen afuera se le meten con mucha diligencia pedrezillas chicas y menudas, con piedras más pequeñas y con barro bastante. Assí está la plática, y otras pláticas están abreviadas y tajadas o cortadas, como parece en lo susodicho.